“Para que las cooperativas funcionen se requieren grupos de hombres y mujeres capaces de poner en práctica, colectiva y rigurosamente, los valores y los principios cooperativos en un contexto empresarial. Es justamente a esa dimensión asociativa y de la gobernanza colectiva (es decir, en ciertos casos, la gestión participativa) a la que con demasiada frecuencia no le dedicamos suficientes empeños y medios, pues nos contentamos con reproducir en las cooperativas los modos de gestión clásicos del poder privado o incluso del capitalismo financiero. El desafío no es solo el de la reanimación empresarial; es sobre todo construir una alternativa fuerte y creíble a esa explotación mediante la creación de espacios económicos democráticos, solidarios y resistentes, que sea portadora de futuro para nuestras comunidades.”

Martin Van Den Borre. Asesor de desarrollo cooperativo de Quebec.

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