«Ni la Economía social y solidaria, ni tampoco ninguna política activa de empleo, arreglarán nunca el problema del desempleo; este solo se solucionará el día que dejamos de considerarlo precisamente un problema y lo veamos como un indicador de que la sociedad ya ha alcanzado un nivel de productividad tan grande que no necesita que algunos individuos trabajen muchísimas horas para crear los bienes y servicios que la sociedad necesita, mientras que otros no trabajan nada, y por tanto que la interpretamos como una oportunidad, la oportunidad de vivir mejor repartiendo de manera justa las inmensas ganancias de productividad alcanzados en estos cincuenta años de los que hasta ahora sólo se han beneficiado a los empresarios. ¿Cómo? Pues reduciendo la jornada laboral productiva para todos, sin reducir los salarios, salvo los del nivel directivo. Pensamos, de paso, en las grandes posibilidades que se abrirían en un escenario así, de más disponibilidad de tiempo por parte de la ciudadanía, para que florecieran toda clase de iniciativas sociocomunitarias de Economía social y solidaria.»
Jordi García Jané