Artículo de Luis Ocaña para andalucesdiario.es

Llevamos ya siete Acuerdos de Concertación Social en Andalucía. 1993, 1995, 1997, 1999, 2001, 2005 y 2010 han sido los hitos históricos de este proceso de entendimiento pleno y sin fisuras entre Administración autonómica, patronal (CEA) y centrales sindicales de concertación (CCOO y UGT). Esta práctica del capitalismo dialogado se ha implantado con perfecto acomodo en Andalucía. Y es que el neocorporatismo está de moda.

El último Acuerdo –firmado en noviembre de 2010- tenía vigencia hasta el 31 de diciembre de 2013. 351 medidas ¡oiga!, al peso más medidas que nunca. Ese fue el discurso oficial. Ha transcurrido 2014 sin que los andaluces podamos disfrutar de las bondades actualizadas de la Concertación Social. Y por cierto, ¿alguien –más allá de los firmantes- las ha echado en falta? Este es quizás el elemento central que justifica por qué tal práctica social es a la vez inútil e indecorosa.

Inútil porque nadie en su sano juicio se ha parado a pensar que para superar la crisis sea necesario actualizar los Acuerdos de Concertación Social y nadie plantea que ésta sea una herramienta válida para la creación de empleo, el reparto de la riqueza o la dinamización socioeconómica. Los datos cantan y la evaluación de los más de veinte año de concertación resulta evidente a la vista de la situación actual. Más desempleo, más precariedad, más siniestralidad, una negociación colectiva moribunda, pérdida del poder adquisitivo de los salarios, corrupción institucionalizada, ausencia total de dinamismo empresarial, tejido productivo en recesión y un largo etcétera de factores que analizados a fondo completan un panorama desolador. Imagínense hasta donde llega la broma que a día de hoy es materialmente imposible acceder a los contenidos vía web oficial (http://www.juntadeandalucia.es/temas/empresas/relaciones/concertacion.html). Como si de una premonición se tratara solo podemos leer: “Error”.

CONCERTACION SOCIAL

E indecorosa porque a la vista de sus resultados los Acuerdos de Concertación Social sirven para muchas cosas menos para este tipo de asuntos relacionados con el empleo o el desarrollo. Recurrentemente, las partes firmantes han reiterado que la Concertación Social se ha convertido en una “seña de identidad de nuestra Comunidad Autónoma” y en una “garantía para el crecimiento de nuestra economía y el bienestar de los andaluces”. Pues bien, cuando más se les necesitaba, es decir, en la fase más aguda de la crisis -2014- nos quedamos sin Acuerdo de Concertación Social, sin ningún avance en ese sentido y con una falta absoluta de perspectivas al respecto. ¿No eran tan importantes y el desarrollo dependía de esto? ¿No eran la pieza central sobre la que gravitaba nuestro bienestar y nuestra identidad (sic)? ¿Nos hemos quedado sin seña de identidad? Puedo maginar a más de un antropólogo que de seguro articularán una cierta risa nerviosa de solo leer esto.

Volviendo al hilo, parece que no eran tan importante, ¿o sí? Algunas claves quizá puedan ayudar a entender el por qué de esta situación. El último gran acuerdo de la serie -suscrito por el propio presidente de entonces y las cabezas visibles de los agentes sociales con todo boato el 20 de marzo de 2013 e inserto en la dinámica del VII Acuerdo- declaraba como primer objetivo que “Junta de Andalucía, CCOO, UGT y CEAtienen la firme voluntad de contribuir a la creación de empleo y al desarrollo económico y social de Andalucía, mediante la negociación y la concertación de actuaciones y medidas a tal fin”. Si preguntamos por los resultados, seguro que -muy responsablemente- nos remitirán al texto. El compromiso era la voluntad. Hay que leer bien. Pues bien, ni así podemos aceptar que se haya cumplido. Ninguno de los firmantes ha demostrado la más mínima voluntad ni de crear empleo ni de desarrollar económica y socialmente Andalucía. A la vista estas sus acciones y sus resultados. Andalucía tiene hoy mayor desempleo que entonces y los indicadores socioeconómicos manifiestan un retroceso sin paliativos.

Ahora bien, los Presupuestos Generales de la Junta de Andalucía sí que recogen el cumplimiento íntegro de los acuerdos –dotados para cuatro años con la nada desdeñable cantidad de 19825 millones de euros-, prorrogables y ultractivos. En 2015 y con cargo a la partida de Concertación Social, la Consejería de Empleo –sí, la misma en la que estamos pensando- destinará por este concepto 1267500 euros a UGT, 1072500 euros a CCOO y 1400000 euros a la CEA. Esto sí que funciona a la perfección. Y las justificaciones no digamos. La mejor prueba de ello es que la patronal de la economía social –CEPES- no hace sino insistir machaconamente en su presencia para los siguientes Acuerdos. Los de CEPES se están partiendo los nudillos como si les fuera la vida en ello. Y es que en CEPES tampoco son tontos.

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