En Andalucía, incluso cuando se hablaba de inmigración, existía emigración, es decir, personas de nuestra tierra que no podían vivir allí donde querían. Existe, y ha existido, un verdadero exilio económico. Muy intenso en las décadas de 1960 y 1970, y menos dramático en los últimos 30 años. Ahora bien, antes de la actual situación económica, miles y miles de andaluces se veían obligados ha salir de sus pueblos, en especial los de las sierras del interior, para hacer campañas agrícolas o turísticas, o trabajar de lunes a viernes en la construcción en áreas urbanas o zonas de litoral.
Según un estudio realizado a partir de los datos oficiales del Censo de Españoles Residentes en el Extranjero (CERE), a finales de 2012, eran 43.478 los andaluces mayores de edad que se habían trasladado al extranjero desde el comienzo de la crisis. La población de Andalucía, según el IECA (Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía) ha disminuido entre 2013 y 2014 en 47.665 personas (de enero a enero). La población de 2013 era de 8.440.300, mientras en 2014 era de 8.392.635.En 2013, 16.750 personas emigraron según las fuentes oficiales. 9.792 personas salieron del Estado, 6.958 a otros territorios del mismo.
Desde el principio del actual ciclo capitalista (2008), la provincia que más ha crecido en número de emigrantes es Málaga(6,2 por 100), seguida de Cádiz, Almería, Jaén y Granada. Sevilla, Huelva y Córdoba son, por el contrario, las que menos crecen. De hecho, Córdoba, junto a Badajoz, es la que menos crece en España. Sin embargo, es Granada la que, a finales de 2012, más población tenía fuera, con un total de 38.144 emigrantes. Le sigue Málaga, con 38.040 residentes en el exterior.
El emigrante actual es muy diferente del de hace cuatro y cinco décadas. En su mayoría son jóvenes de entre 25 y 35 años, altamente cualificados y sin cargas familiares. Sin embargo, a medida que la situación económica ha empeorado (para las mayorías, para algunas minorías no), han aumentado las personas emigradas mayores de 45 años, que dejan atrás la familia. En lo que respecta a los destinos, Alemania sigue ocupando el primero puesto en Europa. Otros son los países escandinavos, Reino Unido y Francia; y en los últimos años se han unido Polonia o la República Checa. En Sudamérica, por su lado, destacan los países donde se está experimentando un gran desarrollo de las infraestructuras: México, Argentina, Chile y, especialmente, Brasil.
Si no hablamos, analizamos y conocemos nuestros problemas, difícilmente obtendremos soluciones a los mismos. No esperamos nada del poder, están para ganar dinero (el económico) y elecciones (el político-institucional). Será cuestión de los movimientos y organizaciones sociales, económicos y políticos andaluces desvelar nuestra realidad como primer paso para mejorar nuestras vidas.